domingo, 29 de noviembre de 2009
Beber en Paraguaná
Si usted es de esos a quienes le gusta ir a Paraguaná a comprar la cañita para bebérsela con los amigotes después de ir a la playa o a una “discoteca” paraguanera, le recomiendo seguir estos sencillos pasos para evitar que lo violen y lo tiren en la carretera de Coro al lado de una cabeza de chivo y un pipote de basura:
-No compre caña que cueste más barato que la fabricación de la propia botella. Si una botella de whisky 18 cuesta un realero, ni siquiera intente comprar una que le cueste más barato que una pecho cuadrao porque puede tener burundanga o agua de la refinería.
-Si va a beber, trate de hacerlo acompañado de un nativo. Es muy difícil ubicarse en Paraguaná. No confíe en la posición de los mechurrios porque hay como cuatro a simple vista y nunca sabrá cuál es el que está más cerca de su casa.
-Nunca beba en un hotel paraguanero. Los hoteles de la zona cobran la caña más caro que un whisky comprado en un bodegón de Prados del Este.
-Recuerde el nombre del hotel donde se está quedando. Nada peor que preguntarle a alguien que usted crea que es nativo. Nadie es de Paraguaná. Todos son maracuchos, valencianos, gochos y hasta caraqueños.
-Si se está quedando en Carirubana NO BEBA o guarde un papelito en la cartera con el nombre de la zona y de la casa. Imagínese usted, señor lector, echarse esa curda con whisky a buen precio y después de que se haya tomado todas las generaciones de whisky en orden decreciente de edad 18, 12, 8, 4, Vat 69, etc., tratar de balbucearle al taxista el nombre Carirubana o Judibana. A continuación una representación de tal situación:
-Buuu…uueenas noooochej, mi pana. ¿Cuánto me cobras hasta Cururu…Carururu Curiru..?
-¿Pa’ donde?
-Pa’ Coori…Cororo…
-¿Ah, pa’ Coro?
-No, pana. No sé. ¿Será?
-Móntate que yo te llevo.
-Dale, pana (hic). Mira que acabo de cobrar un realero y no quiero andar por ahí con el teléfono que me compré aquí y esta curda.
-Tranquilo, hermano.
Para evitar esto, usted sólo tiene que decirle al taxista con mucha delicadeza que espere un segundo mientras usted le indica a dónde lo tiene que llevar. Saque su respectiva billetera y extraiga el papelito que le metió allí su prima antes de dejarlo en casa de su compadre.
Este simple paso marca la diferencia entre amanecer rasguñado en una cuneta con un ratón terrible y estar en su casa tomando sopita y viendo el fútbol.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Conho es que ese nombre parece hungaro! jajajaja
ResponderEliminar