miércoles, 2 de diciembre de 2009

Me comieron la arepa


Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre pero habría que preguntarle al perro qué piensa al respecto.
En mi casa había un señor que estaba haciendo unas remodelaciones o reparando algún tubo roto, no recuerdo bien. Lo que sí recuerdo fue lo que sucedió ese día.
A media mañana el obrero en cuestión decide desayunar antes de comenzar la faena. Una arepa del tipo Rueda de Camión envuelta en papel aluminio le hace agua la boca y promete satisfacer su hambre. Decide desayunar en el porche de la casa porque no quería molestar a nadie en la cocina. Se sienta, abre el morral, saca la arepa y se da cuenta de que no tiene bebida para acompañar el bollo de masa aplastado y relleno.
Con algo de confianza acompañada de ingenuidad deja la arepa sobre el bolso que a su vez está sobre un mueble de madera de tres puestos y baja a la panadería a comprar un refresco.
El sol de las 10:00 a.m. aumenta la temperatura así como las ganas de degustar ese delicioso manjar tradicional.
Ya compró el refresco y se aproxima con ansias a la casa. Ya no aguanta el hambre, abre la reja y se encuentra al perro echado en el porche con esa lengua afuera, las patotas estiradas y la barriga brillante de lo lleno que estaba. A su alrededor, restos de servilleta y papel aluminio adornaban el piso y una que otra migajita de masa rodaba por ahí. El perro le había comido la arepa. Mentadas de madre se apoderan de él pero el perro como si nada.

-¿Qué te pasó?- Preguntan en la casa.
-Nada. Sólo que el perro me comió la arepa.

Ya no queda más que resignarse pedir algo de pan y jalarse un refresco mañanero y esperar a ver qué depara el almuerzo.

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